Pero cuando se trata de un chico brasileño, resulta imposible no mirarlo. La tremenda recta de Eric Pardinho ha atraído a los cazatalentos a esta ciudad ubicada unos 80 kilómetros (50 millas) al oeste de Sao Paulo, en un país loco por el fútbol.
El derecho de 1,72 metros (cinco pies y ocho pulgadas) podría recibir más atención el 2 de julio, cuando los clubes de las Grandes Ligas pueden comenzar la contratación de peloteros internacionales.
Pardinho es quinto en la lista de MLB.com sobre los 30 prospectos principales. Se trata de algo impresionante para un chico que llegó a este deporte casi por accidente. “Sólo estoy aquí porque a los 6 años, jugaba frescobol en la playa, y mi tío pensó que mi control podía ser bueno para el béisbol cuando volviéramos a Bastos”, comentó en referencia a un deporte semejante al tenis pero con palas de madera, muy común en Brasil.
Bastos es un pequeño poblado a las afueras de Sao Paulo, con una numerosa población de origen japonés. Los japoneses comenzaron a llegar a Brasil, con su sushi y su amor al béisbol, a comienzos del siglo XX.
Pardinho, cuyos abuelos maternos son japoneses, empezó a destacarse el año pasado, cuando recetó 12 ponches en un triunfo sobre la poderosa República Dominicana durante el campeonato panamericano sub16.
En septiembre, sacó dos outs frente a Pakistán, ambos por la vía del ponche, en las eliminatorias para el Clásico Mundial de Béisbol. Brasil ganó entonces por paliza de 10-0 en la ciudad de Nueva York.
El cambio de velocidad y el slider del joven brasileño han recibido elogios de entrenadores locales, quienes lo consideran un posible astro nacional para los Juegos de Tokio 2020, cuando el béisbol volverá al programa olímpico.
Actualmente, Brasil cuenta con sólo un pelotero en las mayores, el cátcher Yan Gomes, de los Indios de Cleveland. Desde enero, más visitantes han llegado para ver las prácticas de Pardinho en un nuevo centro de entrenamiento auspiciado por las Grandes Ligas en Ibiuna, otra ciudad bajo influencia de los inmigrantes japoneses.
Pardinho está ansioso por firmar con algún equipo y por mudarse a Estados Unidos. “Hay muchas cosas que sólo podré aprender si voy allá”, señaló.
El pitcher negó que su baja estatura sea un problema. Sin embargo, su familia espera que el joven crezca más en el próximo año. “Hace algún tiempo, había un problema con los jugadores bajitos, pero ahora hay equipos a los que eso no les importa. Importa más que tengas una buena recta y un par de buenas opciones, incluida la curva, que controlo bien”, dijo.
Pardinho sueña incluso con popularizar este deporte en su país. “Si lo hago bien, quizás más y más brasileños, no sólo los de ascendencia japonesa, pensarán en jugar también en un diamante”.