CARACAS. La oposición venezolana sufrió un nuevo golpe luego de que cuatro de sus cinco gobernadores electos juramentaran este lunes ante la Asamblea Constituyente chavista, cediendo en su rechazo a subordinarse a un órgano que consideran ilegítimo.
Tras la derrota electoral del 15 de octubre, cuando el oficialismo ganó 18 de 23 gobernaciones, la oposición perdió otro pulso con el presidente Nicolás Maduro, que había amenazado con repetir los comicios en los estados cuyos mandatarios no se sometieran a la Constituyente.
Maduro celebró la juramentación como un reconocimiento a los “poderes plenipotenciarios” de la Constituyente que rige con poderes absolutos desde agosto, y dijo que pronto se reunirá con los cuatro.
“Son gobernadores que el pueblo eligió y nos corresponde trabajar”, expresó el jefe de Estado durante una reunión con los mandatarios oficialistas, transmitida en cadena de radio y televisión.
La juramentación transcurrió en privado en la sede de la Cancillería, en Caracas.
“El pueblo de Nueva Esparta me otorgó la atribución de estar en el lugar que sea para defenderlo”, se justificó el gobernador Alfredo Díaz durante el acto.
Los cuatro funcionarios pertenecen a Acción Democrática, partido liderado por el veterano parlamentario Henry Ramos Allup y una de las formaciones que dominaron la política venezolana hasta la llegada del chavismo al poder en 1999.
Son, además de Díaz, Antonio Barreto (estado Anzoátegui, noreste), Ramón Guevara (Mérida, oeste) y Laidy Gómez (Táchira, oeste).
“Humillación”
De ellos se desmarcó el también opositor Juan Pablo Guanipa, elegido en el estado Zulia (oeste) por el partido Primero Justicia, quien lamentó lo ocurrido.
“Les dije que llegaría a la gobernación, no para arrodillarme a ningún poder que no representa nada, que ha sido fraudulento, sino para defender al Zulia”, expresó Guanipa desde el Parlamento de mayoría opositora.
La Constituyente evaluará el martes el “desacato” en Zulia y tomará acciones, advirtió Maduro.
“Cuando el pueblo te implora que no le abandones, la humillación de un líder es un medio para lograr libertad”, se defendió en tanto Laidy Gómez en Twitter.
La ley establece que los gobernadores deben jurar ante los consejos legislativos regionales -la mayoría chavistas-, pero la Constituyente decretó el pasado jueves que antes debían subordinarse a ese órgano, integrado solo por oficialistas.
Maduro había advertido que los gobernadores que se negaran a comparecer quedarían inhabilitados para nuevos comicios.
Los 18 mandatarios chavistas se subordinaron a la Constituyente el pasado miércoles.
El sometimiento a la Constituyente se produjo un día después de que el presidente del Parlamento, Julio Borges, descartara esa posibilidad reiterando que dicha Asamblea es resultado de un fraude.
Más división
Esa contradicción profundiza las divisiones en la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -integrada por una treintena de partidos-, que no logró un consenso sobre su participación en las regionales.
Voluntad Popular, partido del opositor preso Leopoldo López, y Primero Justicia condenaron la juramentación, mientras el líder opositor Henrique Capriles dijo que es necesaria una “nueva unidad”.
El Parlamento no autorizó una rueda de prensa de los cuatro gobernadores convocada para el martes en su sede.
“Es un paso atrás en el discurso opositor de desconocimiento de la Constituyente. Va a generar más confrontación en la MUD, la tendencia abstencionista va a afincarse más”, dijo a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Analistas aseguran que la abstención -reflejada en la pérdida de casi tres millones de votos opositores con respecto a las legislativas de 2015- fue una de las causas de la derrota.
Sin embargo, la oposición también denunció irregularidades como el cambio de puestos de votación a última hora y agresiones a sus militantes.
La juramentación de los opositores era más que una cuestión de honor para Maduro, pues la considera el reconocimiento de la Constituyente, desconocida también por varios gobiernos latinoamericanos, Estados Unidos y la Unión Europea.
“Van a presentarlo como una muestra de reconocimiento a la Constituyente, si bien no es una legitimación significativa”, comentó Salamanca.
Maduro, cuya gestión rechaza una amplia mayoría de venezolanos en medio de la grave crisis económica, ha dado muestras de triunfalismo tras las regionales, pidiendo prepararse para una nueva victoria en los próximos comicios de alcaldes, aún sin fecha.
Para fines de 2018 están pautadas las elecciones presidenciales.
por Alexander MARTINEZ / Alex VASQUEZ