TEGUCIGALPA. Honduras elige el domingo un nuevo presidente con el riesgo de entrar en una crisis política, por el empeño del actual mandatario Juan Orlando Hernández de reelegirse.
Como candidato del derechista Partido Nacional, Hernández busca un nuevo mandato facultado por un polémico fallo judicial a pesar de que la reelección está prohibida por la Constitución.
Las aspiraciones del presidente reviven el recuerdo de la crisis desatada en 2009 por el Golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya Rosales, cuando también buscaba la reelección.
De los diez candidatos, solo tres tienen posibilidades: Hernández, el izquierdista Salvador Nasralla, aliado a Manuel Zelaya, y el derechista Luis Zelaya.
Los dos opositores acusan al Tribunal Supremo Electoral de tener preparado un fraude para declarar ganador a Hernández y alegan que el padrón está inflado con muertos y hondureños en el exterior, pero la autoridad electoral garantizó la libertad y transparencia de las elecciones, que contarán con más 15.000 observadores, incluyendo 500 extranjeros.
Seis millones de hondureños están convocados a las urnas, incluyendo 51.000 en Estados Unidos. Además de presidente, serán elegidos el domingo tres vicepresidentes, 128 diputados del Congreso y suplentes, 20 miembros del Parlamento Centroamericano y los jefes de 298 municipios.
