BRUSELAS. Los dirigentes de la Unión Europea aprobaron este viernes iniciar las negociaciones sobre su futura relación con Reino Unido tras el Brexit, pero advirtieron que la próxima etapa, que incluirá discusiones comerciales, será “aún más difícil”.
La primera ministra británica, Theresa May, celebró inmediatamente desde Londres esta noticia que calificó de “paso importante” en el camino hacia un Brexit “suave y ordenado” y en “la construcción de una futura relación estrecha y especial”.
El bloque iniciará “contactos exploratorios” con Reino Unido, después de que sus 27 socios constataran “progresos suficientes” en la negociación hasta ahora consagrada a pactar los términos del divorcio, anunció el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk.
Aunque esta luz verde abre la puerta a la nueva fase de discusiones, los europeos quieren dejar el tema comercial para marzo y centrarse primero, desde enero, en un período de transición de dos años tras la salida de Reino Unido prevista el 29 de marzo de 2019.
Este nuevo período será “mucho más difícil” que el primero, advirtió el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien selló el acuerdo de divorcio con la primera ministra británica hace justo una semana.
Una opinión compartida por la canciller alemana, Angela Merkel, que afirmó que, aunque se han hecho progresos, las futuras negociaciones serán “aún más duras”.
Para lanzar esta nueva fase de negociaciones que determinará la futura relación, la UE exigía primero avances suficientes sobre la frontera irlandesa, los derechos de ciudadanos expatriados y la liquidación financiera.
En una cena de trabajo el jueves, Theresa May había expresado su voluntad de construir una “relación profunda y especial” con los europeos después de que se ponga fin a más de cuatro décadas de pertenencia al bloque, una decisión adoptada por los británicos en junio en 2016.
Su discurso fue aplaudido por sus pares europeos, algo poco común. “La señora May hizo un gran esfuerzo. Y como a los políticos no nos aplauden habitualmente mucho, al menos nos aplaudimos entre nosotros”, dijo su par español, Mariano Rajoy.
La incógnita es qué forma tendrá la futura relación comercial. El negociador de la UE, Michel Barnier, indicó la semana pasada que, vistas las “líneas rojas” de Reino Unido, el modelo por el momento sería el acuerdo de libre comercio en vigor con Canadá (CETA).
“El primer gran paso es que Reino Unido diga muy claramente qué quiere” en la futura relación, dijo el primer ministro maltés, Joseph Muscat, quien precisó que si esto ocurre “en las próximas semanas”, la UE podría tener una postura “muy clara para marzo”.
Los negociadores de la UE y de Reino Unido deben también cerrar los flecos de las prioridades del divorcio en negociación, sobre todo en lo que concierne a la situación de la frontera en la isla de Irlanda.
“Incluso un alumno de primaria se daría cuenta de que todavía hay un problema por resolver”, dijo el viernes el canciller austríaco, Christian Kern. “Se nos dice que no puede haber una frontera entre Irlanda y la [británica] Irlanda del Norte”, ni entre esta última “y Gran Bretaña”, pero que “entre Reino Unido y Europa se necesita una”.
Los 27 dirigentes también expresaron su firmeza tras las declaraciones del negociador británico para el Brexit, el ministro David Davis, quien la semana pasada cuestionó el carácter “vinculante” del acuerdo preliminar sobre los términos del divorcio.
Las negociaciones “de la segunda fase pueden avanzar únicamente si los compromisos hechos en la primera fase son respetados íntegramente y traducidos a términos legales lo antes posible”, según las conclusiones adoptadas por los líderes.
por María Elena BUCHELI