LA HABANA. El Gobierno cubano afirmó que el propósito de la audiencia celebrada en el Senado de Estados Unidos para esclarecer los supuestos ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana no era “establecer la verdad” y negó de nuevo tener responsabilidad o constancia sobre esos sucesos.
“El verdadero propósito de esta audiencia (…) no era establecer la verdad, sino imponer por la fuerza y sin evidencia alguna una acusación que no han podido demostrar”, aseguró en declaraciones a los medios la directora para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.
Vidal consideró “inaceptables” e “irresponsables” las declaraciones en esa audiencia de altos cargos del Departamento de Estado y rechazó la “politización” del tema y las “medidas injustificadas” que ha adoptado el Gobierno estadounidense con Cuba por ese asunto.
Como consecuencia de esos presuntos ataques, que según EE.UU.
afectaron la salud de 24 diplomáticos, el Departamento de Estado retiró el pasado otoño al 60 % de su personal en la embajada de La Habana y expulsó a 17 diplomáticos cubanos de Washington.
Como consecuencia se han suspendido las visas a cubanos para viajar a EEUU, lo que “ha tenido un alto costo para nuestra población, la emigración cubana y el pueblo estadounidense”, subrayó Vidal.
La funcionaria cubana criticó que los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez fueron los que organizaron esa audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, “promotores de todo tipo de propuestas legislativas y políticas que afectan los intereses del pueblo cubano y estadounidense”.
“A nadie le sorprenden las acusaciones infundadas ni las fabricaciones de los senadores anticubanos, cuya única agenda política a lo largo de los años ha sido llevar a nuestros países a una confrontación sin importar las consecuencias. Su total falta de escrúpulos y credibilidad es reconocida”, aseveró Vidal.
Los altos funcionarios del Departamento de Estado que
intervinieron en la audiencia admitieron que todavía desconocen quién es el responsable de esos ataques, que por primera vez admitieron que quizá no son de acústicos, y acusaron a Cuba de saber cómo ocurrieron y quién está detrás y no decirlo.
Sobre esto, Josefina Vidal subrayó que tras meses de
“investigaciones exhaustivas”, EEUU “no tiene evidencia alguna que le permita afirmar que ha habido ataques contra sus diplomáticos en La Habana ni que Cuna pueda ser responsable o tener conocimiento”.
“Cuba nunca ha perpetrado ni perpetrará, ni ha permitido ni permitirá que terceros actúen contra la integridad física de ningún diplomático sin excepción. El gobierno cubano tiene conciencia de sus responsabilidades y las cumple de manera ejemplar”, reiteró.
Vidal -que fue la jefa negociadora del gobierno cubano en las discusiones para normalizar relaciones durante el “deshielo”
propiciado con la administración de Barack Obama- también denunció la “manipulación política” de estos hechos, que buscan agravar el clima bilateral y regresar a una etapa de confrontación.
“Cuba es un país seguro, pacífico y saludable para los cubanos, para los extranjeros, para los diplomáticos acreditados y para los millones de personas que nos visitan cada año, incluyendo los estadounidenses”, sentenció.