MOSCÚ. A falta de dos meses para las elecciones, el líder ruso, Vladímir Putin, parece haber ganado ya las presidenciales al recibir en apenas quince días más de millón y medio de firmas de apoyo, más que el resto de candidatos juntos.
“Rusia necesita un Stalin. Puede ser que no vivamos muy bien, pero lo importante es la estabilidad. Putin le da estabilidad a Rusia y eso es lo que quiere la gente mayor”, dijo a Efe Rafat, un pensionista de 62 años.
Rafat, oriundo de Tatarstán, estampó su signatura en la estación Kazánski, uno de los cinco puntos de recogida de firmas habilitados por la oficina electoral de Putin desde el 5 de enero.
Los interesados, que debían escribir su nombre, fecha de nacimiento, dirección, teléfono móvil y mostrar su pasaporte, también pueden apoyar la candidatura del actual jefe del Kremlin en centros comerciales de la capital rusa.
“Putin 2018. Un presidente fuerte. Una Rusia fuerte”, es el eslogan que aparece en esa especie de quiosco, en el que está apostada una pareja de voluntarios.
Uno de ellos es un estudiante de cuarto de ingeniería procedente de la región de Krasnodar (mar Negro), mil kilómetros al sur de Moscú.
“En dos horas han firmado ya 50 personas de todas las edades. Jóvenes y viejos. Los que firman no se abstendrán. Un ruso no se toma el tiempo de presentar el pasaporte si no fuera a acudir a las urnas”, señaló.
Aunque, en honor a la verdad, la mayoría de firmantes son pensionistas, el granero electoral de Putin con sus casi 40 millones de votantes potenciales.
El otro voluntario lo parece menos, ya que se trata de un militar de 29 años, quien asegura que todos sus compañeros de unidad votarán al presidente.
Al presentarse como independiente, algo que ya hizo en 2000 y 2004, Putin necesita 300.000 firmas para registrar su candidatura, mientras aquellos que son respaldados por un partido sin representación parlamentaria requieren sólo 100.000 autógrafos.
Ese es el caso de la periodista Ksenia Sobchak, que se encuentra ahora en plena campaña en Siberia; y el veterano político liberal, Grigori Yavlinski, un clásico de las presidenciales, mientras los candidatos comunista y ultranacionalista no necesitan firmas al estar presentes en la Duma desde la caída de la URSS en 1991.
“Putin es una persona que cumple con su palabra. Además, siendo antiguo oficial del KGB, seguro que no hará tonterías”, asegura Nina, que votará en las afueras de la capital.
Ashot, un ciudadano ruso de origen armenio, cree que “no hay otro candidato que se pueda comparar a Putin”, que lleva en el poder desde que Boris Yeltsin le cediera el cargo el 31 de diciembre de 1999.
“¿Qué cualidades tiene? Todas. Es el candidato perfecto. Siempre lo he votado”, dijo.
Acompañada de su nieto, Olga recuerda que desde que Putin llegara el Kremlin “los pensionistas reciben pensiones dignas” y, lo más importante, “a tiempo”.
“Los niños crecen sanos y la sanidad funciona. En nuestro pueblo acaban de abrir un ambulatorio. Por eso no tengo duda de que ganará las presidenciales”, dijo antes de coger un tren con destino a Arjánguelsk (mar Blanco).
No pudo recoger firmas el líder de la oposición extraparlamentaria, Alexéi Navalni, inhabilitado por antecedentes penales y cuya fundación electoral fue disuelta hoy por un tribunal.
Algunos quieren que Putin siga “eternamente”, aunque la Constitución impide más de dos mandatos presidenciales consecutivos.
“Ha hecho mucho por la gente. Me fío de él. Tiene ojos de buena persona. Dice las cosas como son. Los próximos seis años serán aún mejores. Quiero que siga y siga”, afirma Yelena, de madre siberiana y padre uzbeko.
No todos comparten su opinión. Yevgueni, de 34 años, es totalmente contrario a Putin, ya que considera que bajo su mando “el país se degrada, la Constitución se viola y los derechos humanos se pisotean”.
“Casi todos vivimos en la miseria. El Kremlin da de comer a Chechenia y el resto nos morimos de hambre”, señala, mientras su amigo, Kolia, le mira con recelo.
Yevgueni, residente en Cheliábinsk (Urales), asegura que no votará el 18 de marzo, ya que las presidenciales “son una farsa en la que las autoridades manipularán los resultados a su antojo”.
Antiguo militar, Kolia no tardó en interrumpir a su amigo para destacar que Putin ha logrado “resucitar” el Ejército al subir los salarios y suministrar armamento moderno.
“Mucha gente quiere servir en el Ejército como soldado profesional. La mayoría de mis amigos le votarán. ¿Qué pasará dentro de seis años? No será fácil, ya que Putin es irrepetible. Es un líder fuerte como pocos”, explicó.
Al respecto, Rafat considera que “Putin debería preparar ya a un sucesor, porque si no deja todo atado y bien atado, Rusia se desbocará”.