WASHINGTON. Suponiendo que sea cierto que el presidente de Estados Unidos Donald Trump le ordenó al abogado de la Casa Blanca despedir al fiscal especial Robert Mueller, ¿tiene alguna importancia? Las consecuencias legales y políticas no son en absoluto seguras.
El viernes en Davos, Suiza, Trump rechazó la versión publicada por el diario The New York Times de que le ordenó al abogado de la Casa Blanca Don McGahn despedir al fiscal Mueller en junio del año pasado.
“Noticias falsas, amigos. Noticias falsas. Las típicas noticias falsas del New York Times”, replicó el mandatario cuando los periodistas le preguntaron sobre el tema.
Según las versiones, publicadas primero por el Times y luego por otros medios, Trump se retractó de su orden de despedir a Mueller, el hombre que está investigando presuntos lazos indebidos entre su equipo de campaña y Rusia, después de que el abogado de la Casa Blanca Don McGahn se negó a transmitir su directiva al Departamento de Justicia y amenazó con renunciar si Trump seguía presionando con el tema.
En Washington, el equipo de Mueller seguía trabajando el viernes, investigando al presidente y su campaña electoral en 2016, así como las decisiones de Trump de despedir al director del FBI James Comey y al asesor de seguridad nacional Michael Flynn.
Después de la revelación del jueves por la noche, el senador demócrata Mark Warner acusó rápidamente a Trump de cruzar “una línea roja”, por lo que los legisladores deberían intervenir y proteger la Constitución. Warner es el demócrata de mayor jerarqquía en la comisión de inteligencia del Senado. Sin embargo, los republicanos se apresuraron a desestimar el informe, subrayando que Mueller no había sido despedido.
Algunos expertos en derecho recalcaron que los presidentes, como cualquier otra persona, pueden decir cosas que no querían decir en realidad porque estaban enojados. Al mismo tiempo, otros vieron la supuesta orden de Trump como parte de un patrón de obstrucción que podría ser materia prima para Mueller, quien podría afectar o incluso interrumpir la presidencia de Trump.
Podría no tener ninguna relación con la investigación o bien podría ser parte de un caso por el que se acuse a Trump y otros de obstrucción de la justicia.
Pero eso plantea una pregunta constitucional perenne: ¿Puede el presidente ser acusado en un tribunal penal? Algunos en el campo legal dicen que sí, pero la mayoría responde que no y que el único recurso es un juicio político en el Congreso.
Los investigadores de Mueller esperan entrevistar a Trump pronto. El presidente declaró días atrás que estaba ansioso por hacerlo, incluso bajo juramento.
“En realidad estoy deseando que llegue”, dijo Trump al ser preguntado por los reporteros. En cuanto a los tiempos, respondió: “Supongo que hablan de dos o tres semanas, pero me encantaría hacerlo”.
Sus abogados, sin embargo, tomaron algo de distancia del presidente. No se ha pactado ninguna entrevista, según todas las partes.