PANAMÁ. Guatemala confirmó ayer su decisión de exigir visa a los venezolanos y se sumó así a Panamá, Honduras y Nicaragua, que también impusieron el trámite en los últimos dos años a los ciudadanos del país petrolero.
Las medidas coinciden con el agravamiento de crisis en Venezuela que ha impulsado a miles a huir, lo que en América Central se refleja, por ejemplo, en un importante aumento de los pedidos de refugio en países como Costa Rica, que aún mantiene su política de no solicitar visa a los ciudadanos de la nación suramericana.
El viceministro guatemalteco de Relaciones Exteriores, Pablo García, explicó este lunes que “el estatus (sobre el visado) cambió desde el viernes” pasado, de la categoría “A” a la “C”, por lo que ahora los venezolanos con pasaporte ordinario deberán contar con la “visa consultada” para ingresar al país.
Se trata de una medida de “homologación”, dado que en “Centroamérica otros países” ya han puesto en vigor el visado a los venezolanos y Guatemala, donde oficialmente viven unos 5.000 nacionales del país suramericano, “no se puede quedar atrás”, argumentó.
Panamá puso en vigor el pasado 1 de octubre la exigencia de visa estampada a los venezolanos, a los que ya había reducido a mitad de año el tiempo de estadía como turistas, de 180 a 90 días, medida que también aplicaron Colombia y Nicaragua.
El presidente panameño, Juan Carlos Varela, explicó que la medida buscaba resguardar “los empleos de los panameños” y la seguridad interna de Panamá, ya que para el pasado mes de agosto llegaron una media de 2.000 nacionales de ese país a la semana.
Según las cifras aportadas por Varela en agosto de 2017, al país centroamericano han llegado más de 60.000 venezolanos en los últimos 6 años.
La imposición del visado también respaldaba “el retorno del orden democrático en Venezuela”, dijo el gobernante de Panamá, país que junto a otros 11 integra el Grupo de Lima, que no reconoce a la Asamblea Nacional Constituyente venezolana ni tampoco el proceso de elecciones del próximo 20 de mayo en el que Nicolás Maduro busca la reelección.
Venezuela emitió asimismo el pasado mes de octubre una resolución en la que explicaba que aplicaba el principio de reciprocidad y exigiría visado a los panameños.
Honduras pide desde noviembre pasado a los venezolanos una “visa consultada”, en “reciprocidad” porque Venezuela también exige el documento a los hondureños, explicó entonces la Cancillería de Tegucigalpa.
La medida se aplica “sin excepción” para los nacionales de Venezuela, dijo el Gobierno de Honduras, que hizo el anuncio después de que las autoridades migratorias negaron el ingreso al país del grupo musical venezolano Los Guaraguao, que iba a un cierre de campaña política de la oposición.
Nicaragua, un aliado de Maduro, solicita desde agosto de 2016 visa de turista, entre otras 12 modalidades, incluidas visitas familiares, a los venezolanos con pasaporte ordinario.
De acuerdo a la información diplomática, Venezuela también pide visa a los nicaragüenses.
El Salvador solicita visa a los venezolanos desde 2008 como una medida de reciprocidad, de acuerdo a los datos oficiales, mientras que Costa Rica no exige el documento a los nacionales de la nación suramericana.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, dijo el pasado 10 de marzo en una entrevista con Efe en la capital panameña que miles de venezolanos huyen de la “catástrofe” de su país, y que el organismo que dirige está dispuesto a ayudar a superar esa situación siempre que el Gobierno se lo permita.
Maduro negó el pasado mes de febrero que la otrora “Venezuela saudita”, que por su inmensa riqueza petrolera fue destino de centenares de miles de migrantes de países suramericanos y europeos, registre ahora un “éxodo masivo” de sus ciudadanos, y atribuyó la especie a una campaña internacional en contra de su Gobierno.
“El Gobierno de Venezuela puede negar todo lo que quiera, pero hay una crisis, la gente está sufriendo, de otra forma no estuvieran dejando el país (…) puedes enterrar la cabeza todo lo que quieras, pero no puedes negar la verdad, es una catástrofe”, aseguró Beasley.