De acuerdo con un estudio liderado por Steve Faulkne, de la Universidad de Loughboroungh (Reino Unido), darse un baño caldeado resulta más efectivo que el ejercicio físico para controlar los niveles de glucosa en los pacientes con diabetes tipo 2.
Lo que empezó siendo un estudio para encontrar nuevas formas de controlar la diabetes arrojó unos resultados sorprendentes. Concluyeron que el calor puede aumentar la cantidad de calorías que quema una persona y, además, reducir notablemente los picos de azúcar en sangre, por lo que sería muy beneficioso para pacientes con diabetes.
La idea en que se basaba el experimento era observar los beneficios de un baño caliente en comparación con los que producía montar en bicicleta.