Rafael Nadal culminó una temporada de admirable resurgimiento con una gran exhibición frente a Kevin Anderson y conquistó el domingo su tercer título en el Abierto de Estados Unidos y la 16ta corona en un Grand Slam para el tenista español, que ha mostrado una ambición infinita.
Con un despliegue sistemático, Nadal abrumó a 6-3, 6-3, 6-4 a un oponente que hacía su debut en la final de un slam.
Pletórico de principio a fin, el número uno del mundo no le dio tregua alguna al sudafricano Anderson en el estadio Arthur Ashe.
La final del último grande del año se presagiaba como un desigual combate, y exactamente se dio así en las 2 horas y media de duración.
Impenetrable con su servicio, Nadal dominó en todos los sentidos. Rompió cuatro veces el saque del gigante de 1,98 metros (6,8 pies) y en ningún momento afrontó una bola de quiebre.
A sus 31 años, Nadal cierra la temporada de las grandes citas con dos títulos por primera vez desde 2013. En junio, se proclamó campeón del Abierto de Francia por décima ocasión, una cifra sin precedentes.
“Es increíble todo lo que ha pasado este año”, dijo Nadal al dirigirse al público