WASHINGTON. Al comenzar la segunda semana de repercusiones de un término obsceno empleado por Donald Trump, sus colaboradores están trabados en un debate sobre la palabra con la que el presidente describió a ciertos países durante una conversación con senadores acerca de la inmigración.
Se informó que Trump usó la palabra “shithole” (“de mierda”) durante las conversaciones del jueves pasado en la Oficina Oval, una versión ratificada por el senador demócrata Dick Durbin y algunos republicanos.
Sin embargo, ahora se debate en la Casa Blanca si Trump dijo “shithole” o “shithouse” (retrete fuera de la casa). Una persona que asistió a la reunión dijo a los colaboradores que escucharon esta última, mientras otros recuerdan que el presidente dijo “shithole”, tal como se ha informado ampliamente, según una persona allegada a las reuniones pero no autorizada a hablar públicamente sobre ellas.
La fuente cree que esta discrepancia explicaría por qué algunos senadores republicanos niegan que el presidente haya dicho “shithole” al referirse a los países africanos además de Haití y El Salvador.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que Trump “no se disculpará por tratar de reparar nuestro sistema inmigratorio”.
Sanders dijo a la prensa que Trump “no ha dicho que no empleó términos rudos” en la reunión.
Consideró “indignante” el hecho de que los demócratas califiquen las declaraciones de Trump de “racistas”.
Trump no ha aclarado a sus colaboradores qué fue lo que dijo exactamente, pero sostuvo ante los periodistas en Florida el domingo por la noche que las declaraciones que se le atribuyen “no fueron hechas”. La Casa Blanca no ha negado que Trump empleara un término vulgar y parece haber poca diferencia entre el significado de ambos términos.
Mientras continuaba el debate, en Washington reina la incertidumbre sobre si se producirá una paralización de actividades del gobierno el viernes a medianoche, cuando finalice una medida temporaria de financiación, a falta de un acuerdo sobre inmigración y otros asuntos.
El panorama parece más complicado que nunca en vista de la conversación en la Oficina Oval y Trump ha acusado a Durbin de socavar la confianza necesaria para llegar a un acuerdo.